sábado, 16 de noviembre de 2013

Rosa forever

Hola.

Sólo deciros que Rosa sigue viva en el recuerdo de los que tuvimos la suerte de conocerla y quererla, y también en De Vez en Cuento, en cuya sección Odas y Loas le he dedicado un apartado donde todos los que lo deseen pueden colaborar remitiendo sus testimonios, textos en general u obras inspiradas o dedicadas a ella al correo electrónico devezencuento @ yahoo.es (pero sin el espacio libre que he puesto a uno y otro lado de la @).

Este es el enlace de acceso directo "A Rosa":
http://devezencuento-odas.webs.com/rosa.htm
Espero que os guste.

También deciros que el título de su penúltima entrada era "La despedida", sin embargo para tratar de paliar en parte la tristeza que iba a producir en los que seguían su blog y la querían, le sugerí y la terminé convenciendo para que lo cambiara, ya que su texto empezaba hablando de despedidas en general; y así se hizo. Pero lo debía tener muy claro (siempre tan lúcida, incluso en sus últimos días, y a pesar de lo que tenía) porque a partir de entonces fue cayendo en picada y después de ese día no volvería a hacer ninguna entrada ni, prácticamente, actividad alguna que no fuera andar de mal en peor y cada vez menos. Es por esto que me he tomado la libertad de volver a poner el título original, el que le salió del alma.

Por lo demás, agradeceros vuestro apoyo y muestras de cariño.
Suerte en todo.

Rosa forever,
Chico

miércoles, 9 de octubre de 2013

El espíritu del 45

El pasado lunes 7 de octubre fuimos a ver la película documental "El espíritu del 45", de Ken Loach. Me gustó mucho porque este director es muy bueno haciendo documentales. En primer lugar recoge testimonios de la revolución industrial en el Reino Unido asociada a la lucha obrera, el trabajo que los sindicatos (The Trade Unions) hicieron en aquel momento y cómo gracias a ellos se consiguieron grandes logros sociales. Además, con la victoria del partido laborista en el 45, tras la segunda guerra mundial, y su política socialista, se creo la seguridad social, The National Health Service, con conbertura universal; se nacionalizaron todos las grandes sectores estratégicos como los ferrocarriles (The British Railway), el correo postal (The Post Office), la electricidad, el gas, la industria minera, etc.; se crearon viviendas dignas de protección oficial, con cuarto de baño y un pequeño jardín,.para la gente con menos recursos económicos.

domingo, 6 de octubre de 2013

La despedida

Hay quienes dicen que "las despedidas son siempre tristes". No estoy en absoluto de acuerdo con ellos. Obviamente lo triste o no que sea una despedida, va a depender de a dónde se marcha la persona a la que se está despidiendo. ¿Se marcha de vacaciones o se marcha para siempre?. En cualquier caso, si se trata de personas que se conocen y entre las que hay cierto afecto, me atrevería a decir que lo más normal es que  la partida de un ser querido conlleve sufrimiento, al menos por alguna de las partes.

Tratando de evitar esa clase de sufrimiento, se me ocurre centrarme sólo en todo lo que hemos vivido y aprendido juntos. Quién ha vivido, ha tenido amigos, ha  hecho cosas y, sobre todo ha querido, supongo que dejará alguna huella de su paso por la vida, y va ser esa huella la que va a dar significado a mi vida.

Yo, en este momento, necesito creer que mi existencia ha sido importante para alguien. Así, por ejemplo, me gustaría pensar que para algunos alumnos míos mi labor como profesora ha dejado alguna huella. Qué presuntuosa soy, pero es que es halagador y de vez en cuando está bien darse un pequeño homenaje y decirse a uno mismo que quizá no haya sido tan mediocre como creía. Cuanto me gustaría ser recordada por haber sido buena profesora y buena persona.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Por qué me marché a Londres


¿Por qué me marché a Londres ?. Quizá simplemente porque en mí había un cierto espíritu aventurero y porque, como he dicho en la anterior entrada, en el Instituto se me acrecentó el gusanillo de conocer mundo, de saber, de aprender.

Qué necesidad tiene de salir de casa alguien cuyos padres dan plena libertad a los hijos. Yo nunca tenía que pedir permiso para ir de excursión con el colegio. Nunca teníamos que preguntar "¿Me dejas?". En cambio había compañeras a las que sus padres nunca "dejaban". Con mis padres no tenía ningún problema porque siempre fueron muy abiertos. Cuando terminé COU les dije que quería marcharme a Londres para aprender Inglés, y no solo no se opusieron, sino que me animaron; pero no podían ayudarme económicamente, me dieron mil pesetas por si surgía alguna emergencia y así poder hacer una llamada a casa. La llamada a casa se hacía a través de una centralita, yo no podía llamar directamente.

Recuerdo que aquél verano de 1975 hubo un asesino en Londres que, creo recordar, se cargó a tres enfermeras muy jóvenes. Podéis imaginar a mis pobres padres: yo allí, en Londres sola, y tan joven. Cada vez que lo pienso soy más consciente de que ambos, tanto mi padre como mi madre, fueron unos adelantados a su época.

Mi hermano también tenía algo de aventurero. Cuando le tocó hacer la mili, se enroló en la Legión, donde es probable que aprendiera más y conociera a gente más interesante que si hubiera hecho la mili que hacían todos los chavales de la época.

En aquél momento, cuando una chica quería aprender Inglés, lo normal era buscar trabajo de au-pair, cuidando niños y viviendo con una familia. Así se tenía vivienda y una familia con quien hablar Inglés. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, la estudiante limpiaba mucho y hablaba bastante poco Inglés. Yo jamás hice ese trabajo. Yo necesitaba libertad e independencia. El trabajo más parecido a au-pair que hice fue el de cuidar a un perro, a Mr. Paddington. Esto más que un trabajo resultó ser un chollo. Los dueños de Mr. Padigton eran los que, unos años más tarde, serían llamados "yuppies (Young Executives). Yo vivía en un apartamento de super-lujo, muy cerca de la embajada española, en Belgravia, exactamente en el nº 3 de Eaton Place.

El mejor sistema para encontrar un trabajo era a través de la escuela a la que asistías a clase, pues solía estar llena de anuncios. Fue allí donde me enteré que una japonesa volvía a su país y dejaba libre su trabajo, que consistía en cuidar a Mr. Padigton !

sábado, 28 de septiembre de 2013

Un poco de mi historia: El instituto, un mundo nuevo

Antes de ir al Instituto, yo había estado en un colegio de monjas. A diferencia de las monjas de toda la vida, éstas no usaban hábito y vestían de seglares, sin embargo ahora no sabría decir si este hecho significaba que eran más progresistas.

En el año 1974 hice Cou en el Instituto de Enseñanza Secundaria "Padre Juan de Mariana", en Talavera de la Reina. Se trataba de un Instituto al que, no sé muy bien por qué motivo, quizá porque estaba recien creado, fueron destinados un numeroso grupo de profesores muy jóvenes y con ideas progresistas. Un detalle importante, para que podáis haceros una idea de qué clase de profesores se trataba, es que nos llevaban a Madrid al cine o al teatro. Nos solían llevar a las entonces llamadas Salas de Arte y Ensayo. Creo recordar que fue entonces cuando ví Belle d'jour, la película de Luis Buñuel. Nos hablaban de los griegos, de la homosexualidad en el mundo clásico. Cuesta creer que, después de tantos años, la homosexualidad siga siendo un tabú.

Aquél año fue el primero de Cou, pues antes se llamaba Preu. Llegar al Instituto fue para mí el descubrimiento de un nuevo mundo. Y lo más importante en ese descubrimiento fueron los profesores, que disfrutaban enseñando. Lo que interesaba a aquellos jóvenes docentes era despertar en nosotros, sus alumnos, el placer de aprender. He de hacer una mención especial a María Jesús Sandoval Alonso, profesora de Griego, que además de enseñarnos griego, nos ayudaba a preparar otras asignaturas, como por ejemplo, de inglés o matemáticas. Aquella era una profesora con mayúsculas. También fue esta profesora quien nos explicó la relevancia del atentado de Carrero Blanco. Cuando aquel atentado tuvo lugar, los que te teníamos griego como asignatura optativa, estábamos en clase con ella. En aquél reducido grupo de alumnos estaban, entre otros, Elena Colilla (no estoy segura),  Santiago Manzano, Inmaculada Chinchón ("Macu") y Virginia Gil. Con ella, además, conocimos la música de Cat Stevens, que, por cierto, sus padres o abuelos, creo recodar, eran de origen griego.

Os estoy contando todo esto como preludio a lo que pretendo contaros a continuación: el por qué de mi marcha a Londres en el año 1975, y es que fue en el Instituto donde surgió en mí el deseo de conocer otros mundos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Queda inaugurada la nueva temporada de teatro

El otoño se presta más al recogimiento, a la lectura. Además suele reactivarse la vida cultural en las ciudades, tanto en las grandes como en las más pequeñas. Estoy pensando en Madrid, pero, por ejemplo, en San Fernando de Henares, en ocasiones, llegaba una pequeña compañía de teatro, unas veces para ir haciendo el rodaje necesario antes de llegar a  teatros más importantes, o bien, esperando encontrar un espacio donde poder mostrar al público, por lo general muy reducido, el trabajo realizado durante meses. Quedan a un lado las noches de verano disfrutando del fresco en una terraza con los amigos. El otoño es más idoneo para concentrarse en la lectura, o algo que me encanta, VOLVER AL TEATRO.

El sábado pasado, día 21 de septiembre inauguré mi nueva temporada teatral, como espectadora claro está.
La representación tuvo lugar en la C/ Pañuelas 61, en una pequeña sala de la compañia La Belloch, con capacidad para 25 personas, cerca de la estación de Metro Acacias. La obra: Dos ninas para un Chéjov.
Me gustaría aprovechar este espacio para felicitar a las autoras de la obra, María García de Oteyza y Rocío Literas por el magnífico trabajo realizado con los actores, bueno, más bien con las actrices, Miriam Montilla y Andrea Trepat. Es una lástima que ya no se pueda ver, al menos por ahora, en Madrid. Me gustó mucho y creo que el resultado final tiene bastante que ver con la buena dirección e interpretación así como la frescura del texto.

Os aconsejo que os deis una vuelta por el teatro. No todo se trata de musicales carísimos. Hay compañías alternativas con buenísimos actores haciendo sus representaciones por un donativo sin tener que pagar un 21 % de IVA.
No seremos capaces de salir adelante y superar esta crisis, que en mi opinión no sólo es económica, si  nos olvidamos de la CULTURA. Sé que en la Antigua Grecia se le daba mucha importancia a la educación y a la formación del cuerpo y del alma (pero no en el sentido espiritual). Y es que el ser humano no sólo tiene como necesidades básicas comer, beber, etc. Soy consciente de la situación económica, pero si, dejamos de apoyar las iniciativas culturales, toda forma de expresión,  libros, cine, teatro, pintura y un largo etcétera, desaparecerá de un plumazo, y con ello nuestra identidad.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Good news from Rosa.


Hola a todos/as.

Quiero compartir con vosotros que hoy me han hecho analítica y que "todo está fenomenal", me refiero a la analítica, lo que significa que estoy en condiciones de empezar un nuevo ciclo de quimio.

Del tumor aún no sé nada ni lo sabré hasta que me hagan la nueva resonancia.
Más vale que me vaya acostumbrando porque el tratamiento de quimio dura un año contando desde que empecé el primer ciclo quimio sin radioterapia, aunque ya han pasado unos 5 meses.

domingo, 15 de septiembre de 2013

I´m back in Madrid (after a short break in Málaga)

Last week I went to Málaga for a week. It was a kind of goodbye to the summer and, due to my present situation,  it could  also be a GOOD BYE  to many other things and friends (La última semana he estado en Málaga. Fue una especie de despedida del verano y, debido a mi situación actual, podría ser también una despedida de muchas otras cosas y amigos)
Es curioso pero, en condiciones normales, cuando uno se despide de un lugar o de alguien, no suele preguntarse si volverá a verlo o si volverán a hablar con él o con  ella. Yo, últimamente, cada vez que me despido de un lugar o de alguien, me pregunto si volveré a ese lugar o si podré volver a hablar con esa persona. Es por eso que, cuando se vive consciente de lo cerca que puede estar el final del recorrido, se vive  todo con mucha más intensidad y no quieres que te queden cosas por hacer o resolver,  tienes la sensación de que en un día has hecho mil actividades que, en condiciones normales, no podrías realizar. La dimensión o medida del tiempo es diferente, mucho más largo y mucho más intenso. Por lo tanto si esto se pudiera resolver mediante una fórmula matemática, el resultado sería equivalente a: dispongo de menos tiempo en longitud pero lo vivo más intensamente. Creo que no salgo del todo mal parada.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Pasó su vida queriendo tocar la luna.

Desde muy pequeño había sentido una atracción especial por la luna llena, o quizá  fascinación es un término mas adecuado  para calificar  lo que realmente ocurría a nuestro personaje el astro luna. Se pasaba los días restantes del ciclo lunar esperando a que llegara nuevamente. Era incapaz de hacer una vida normal como otras personas hacían. Llegó, incluso, un momento en que apenas podía apartar su mirada del cielo, por lo que tuvo, incluso, que dejar de ir a la escuela, llegando a perder los amigos que tenía, y así, sin darse cuenta, transcurrieron los días, los meses y los años. Ni siquiera era consciente del paso de las distintas estaciones, del estallido de la primavera,  ni de la caída de la hoja o de la llegada de las primeras nieves.

Una mañana, por sorpresa y  por primera vez en muchos años, recibió una carta  que abrió con verdadero pánico porque ni  siquiera los bancos enviaban ya su información por correo ordinario sino por Irnternet. No se atrevía a abrirla por lo que la estuvo contemplando durante un largo rato. Lo hizo durante tanto tiempo que no se dio cuenta de que la noche se esfumaba a ni de que la luna llena se alejaba. Sí,  fue tanto el tiempo que transcurrió que no se percató de que su vida iba pasando sin vivirla. No podía disfrutar de lo que le rodeaba o de lo que tenía en ese momento, más bien no se enteraba.

Cuando, al fin, se atrevio a abrir la carta, encontró la respuesta a lo que buscaba: cómo poder tocar la luna llena. Sólo tenía que desearlo fuertemente y concentrarse en ese único deseo. Nuevamente se hallaba en una encrucijada, se tenía que decidir. Para conseguirlo tenía que "visualizarlo", palabra que en aquél momento estaba muy de moda. La teoría era: Si tu quieres conseguir algo, "visualizalo", siéntelo como parte de tí. Nuestro protagonista se documentó, leyó la bibliografía recomendada al respecto y, a partir de ese momento logró visualizar su deseo.

John Lennon decía Life is what happens to you swhile you are busy making  other plans. "La vida es lo que ocurre mientras tú estás ocupado haciendo otros planes". Cuán cierto es este dicho. El  problema es que no nos damos cuenta de ello hasta después, cuando ya ha pasado, y entonces ya es demasiado tarde.Ya hace años que un amigo hizo un corto, cuyo argumento era una pareja que estába  hablando en una cafetería haciendo planes para el futuro, y  mientras tanto iban envejeciendo y se les iba pasando la vida.

Nuestro protagonista al fin consiguio proponerse un sólo objetivo y no perderse en el camino con otros que iban surgiendo. Tuvo que elegir uno y descartar todos los demás. ¿Me creeríais si os dijera que logró su objetivo?. Consiguió tocar la luna llena, y lo hizo el mismo día en que empezó a disfrurar el presente

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Más cine: Una Casa en Córcega.

El Sábado 24 de Agosto, fui al cine a ver la película UNA CASA EN CÓCEGA, de Pierre Duculot. Nuevamente, y sin saberlo, elegí una película cuya historia trata de mujeres que no se dan facilmente por vencidas. Son mujeres fuertes, luchadoras, perseverantes, y además, al igual que en LA BICICLETA VERDE, se aprende mucho sobre otras gentes, su forma de vida, sus tradiciones y su cultura, en este caso, sobre Córcega. Por cierto, ¿sabíais que es una isla muy montañosa y que tiene cumbres muy altas, por lo que en invierno hace mucho frío y nieva bastante?.
Si alguien decide ir a verla, espero que la disfrutéis, especialmente los alumnos de francés.




La exposición de Salvador Dalí en El Museo Nacional Reina Sofía

La semana pasada, jueves 29 de agosto, fuí a ver la exposición de Salvador Dalí que, desde el 27 de abril,   ha estado en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid. La exposición ha estado en Madrid hasta el día 2 de septiembre por lo que llegué a tiempo de verla por los pelos. La visita a la exposición merecía mucho la pena por diversos motivos: en primer lugar por el gran número de obras que se exhibían, muchas de ellas procedentes de otros museos y otras procedentes de colecciones privadas, por lo que poder ver toda esta obra reunida no es nada fácil. Toda la exposición estaba distribuida en 11 salas y siguiendo un orden cronológico.

Lo mejor de la exposición es que nos acerca a la obra de un genio que, bajo mi punto de vista, es un total desconocido o al menos para mi lo era, porque aparte de sus obras más conocidas, nos quedamos con lo anecdótico, su carácter estrafalario, su necesidad de escandalizar y hacerse notar.
Dalí, además de ser on gran pintor, era un gran escritor, lo sabíais?. Sí, ya en 1927 publicó su Manifiesto Artístico llamado San Sebastián. Alguien define parte de su obra como "perturbadora" (de hecho yo he dicho en muchas ocasiones que Dalí me da miedo).

Me sorprende su gran interés por la ciencia. y por la energía nuclear. Son impresionantes sus pinturas reflejando el horror de la bomba atómica, la muerte, la calaveras con los ojos huecos, es dedir, "la viva" imagen de la muerte.
Tiene dibujos hechos en tinta china, muchos de ellos miniaturas, que sólo un gran pintor podría hacer. En alguna de sus obras hay unos cielos que más bien podrían ser de Velázquez. También me llamó especialmente la atención una pintura llamada "ovejas". En realidad al verla pensé que era una fotografía de una pintura. Porque se trataba de ovejas en vez de La Gran Vía de Madrid, si nó habría pensado que se trataba de un cuadro de Antonio López.

Lo peor de la exposición, en mi opinión, ha sido la mala organización. En la misma sala había gente que estaba viendo la exposición, gente que entraba, gente que salía y, con tal ir y venir de gente no quedaba sitio para contemplar un cuadro. Para entrar había diferentes colas pero nadie para informarte para qúe era cada cola por lo que, tras dos horas esperando, te enterabas de que estabas donde no debías.

Enhorabuena a los que habéis conseguido verla y a los que no la han podido ver,  tenemos el museo Dalí en Figueras, que, seguro, que os gusta. También hay otro en San Petersburgo por si os apece daros una vueltecilla.

A los que os la habéis perdido, espero que con mi crónica os hayáis hecho una idea de la exposición
De todas formas aquí os dejo un enlace que os puede ser de gran utilidad.

http://www.vozpopuli.com/actualidad/30889-el-reina-sofia-recibe-730-000-visitas-con-dali-pero-el-resto-de-los-museos-se-vacia

lunes, 26 de agosto de 2013

Llega el otoño. Más cine y más teatro

Tras la pausa veraniega, la vida en Madrid vuelve a su curso normal, en la cartelera aparecen nuevas películas y para  los amantes del teatro esperamos que la programación sea atractiva. En el CDN (Centro Dramático Nacional, en la antigua Sala Olimpia, situada en la plaza de Lavapies se va a estrenar  una obra cuyo vestuario estará a cargo de la mejor profesional que tenemos, tanto a nivel nacional como internacional. Rosa García Andújar. Ella misma hizo Kafka Enamorado y tanto el vestuario como la elección de los tejidos fue un gran acierto.

El viernes 23 fui al cine a ver La Bicicleta Verde, opera prima de Haifaa Al  Mansour, una directora de Arabia Saudí, de hecho es la primera mujer directora de cine en Arabia Saudí. Se trata de una bonita historia de lucha y perseverancia que transcurre en Arabia Saudí.
Permitidme recomendárosla por varias razones: 1 por la belleza de la historia, 2  por la buenísima interpretación de los actores,  también para muchos de ellos su primer trabajo en el cine y 3  porque, sin moverte de la butaca del cine, puedes aprender mucho sobre otras culturas. Además de esto, yo disfruté especialmente porque el Árabe que hablan en la película (como el Standard English pero en Árabe), por lo que pude recordar palabras y expresiones que ya había olvidado.

En el siguiente post os hablaré de UNA CASA EN CÓRCEGA

lunes, 19 de agosto de 2013

Good News From Rosa

Este nuevo post es para contaros que esta mañana he ido al hospital porque me daban los resultados de la resonancia que me habían hecho hace unos días. He salido de la consulta muy contenta porque el tumor SIGUE IGUAL, es decir, que no ha aumentado de tamaño por lo que pienso seguir dándoos la lata. La analítica estaba muy bien y las plaquetas lo suficientemente altas como para poder empezar el cuarto ciclo de quimio. Todo esto indica que estoy viva, respondiendo al tratamiento; después de todo ya han pasado 8 meses desde que me lo diagnosticaron y yo sigo aquí disfrutando de todas las grandes y pequeñas cosas que me rodean y de todos vosotros.
Supongo que los próximos 5 días que me esperan no voy a disfrutar mucho pero intentaré pensar en cosas bonitas, en toda la gente que quiero, en CANTAR, sí, cantar me gusta mucho y lo hago con bastante frecuencia. Si no lo hago más es para que no piensen que me he vuelto loca.
Los que en otros tiempos fuisteis alumnos míos sabéis que muchas veces cantábamos en clase y si no lo hacía con más frecuencia era porque algunos grupos de alumnos eran muy heterogéneos, sus edades eran muy diferentes y, por supuesto, el tipo de música que les gustaba era también diferente; con lo cual resultaba bastante difícil encontrar canciones al gusto de todos.

jueves, 15 de agosto de 2013

Ir al cine . Buena opción para una tórrida tarde de agosto en Madrid.

Si estáis en Madrid y, en vez de ir a la piscina, preferís echar una ojeada a la oferta cultural, permitidme hablaros de la película HANNAH  BRENDT, dirigida  por una mujer del llamado "Nuevo cine alemán".
Yo fui por recomendación de mis amigos Luix y Bego.

Desde mi punto de vista, lo mejor de la película, además de la interpretación, es el enfoque que se da al tema Nazis-Judíos, como tema primario, y como secundario trata del mal y lo relativo que es todo o que puede llegar a ser. Lo que es injustificlable, podría estar justificado en un contexto o en una situación completamente diferente. Así, un terrorista que pone una bomba en un mercado abarrotado de gente, para unos sí será considerado como tal, en cambio otros pueden considerarlo un héroe. El tema es un tanto manido, yaque hay mucha literatura sobre él y,  a pesar de todo, hay actitudes o comportamiento que siempre serán injustificables.

Aunque no es unpeliculón,os la recomiendo porque al salir del cine os hará reflexionar, lo cual hace trabajar a las neuronas, que como podréis ver me tienen obsesionada. Lo que ocurre es que cuanto más las ejercito, más viva me siento.Por cierto, ¿habéis oido hablar de las nanopartículas?. Éstas son las que, además de la quimio terapia (puro veneno) y la radioterapia (más veneno aún), la familia, los amigos, los alumnos que se acuerdan de mi, los preciosos amaneceres, los impresionantes atardeceres, los largos paseos para no perder el tono muscular and so on; éstas son, os decía, las que me van a ayudar a salir de ésta Y eso que lo tengo crudo.

La próxima película que me gustaría ver es La Bicicleta Verde. Cuando la vea, os daré mi opinión.





domingo, 11 de agosto de 2013

Suave tesón, por Paca Arceo

Os paso un cuento de mi amiga Paca Arceo, amante de la novela policiaca. Espero que os guste.


SUAVE TESÓN

UNO

A Rodrigo Suave Tesón no le llegaba un caso de estas características desde tiempos inmemoriales; en realidad el vacío de su mesa había sido llenado, sobre todo, por tres gruesos dedos de polvo. Repantigado en su sillón giratorio —aunque girar, lo que se dice girar, giraba poco—, la barriga desbordando el cinturón poco prieto para no pasar malas digestiones, trataba de poner algún criterio al descoloque de cabeza y extendía carpetas vacías de contenido para tapar ausencias. La clienta esperaba impaciente a que el hombre parara de hacer todo lo que —ella pensó— debería estar resuelto antes de haberse sentado en esa silla coja, en la cual soportaba un difícil equilibrio tratando de no perder la compostura.
Suave Tesón tenía su propia estrategia: dilatar hasta el ataque de nervios el entrar en materia aunque los resultados no fueran, a juzgar por la cara de la recién llegada, tan satisfactorios como él siempre pretendía:
—Y dice que mi nombre se lo dio Montaña.
—Así es. Aunque no estoy segura de que sea un acierto —respondió desconfiada la mujer subestimando a su interlocutor.
—Comprendo. En esto, como en todo, lo que cuenta es el resultado. Claro que para ello hay que confiar en el profesional.
—Lo sé. Montaña es un gran amigo y si me ha dado su nombre será por algo... aunque yo no lo vea.
La mirada esclarecedora no necesitó añadir palabra alguna. No le gustaba el hombre y desde luego su aspecto distaba mucho de ser como el de los detectives de las películas. Si hacía un esfuerzo hasta podía imaginar otro cuerpo distinto debajo del desaseado que ahora primaba, pero Montaña había insistido y no podía buscar al mirlo blanco que Suave Tesón parecía no ser. El detective se sintió examinado pero, sobreponiéndose al hiriente análisis, procuró embocar la mejor de sus sonrisas y aprestarse a embridar el mal genio que le crecía.
—Usted dirá, si es que quiere.
—Perdone mi impertinencia... —Suave Tesón estuvo a punto de interrumpirla sólo por parecer amable pero la mujer no le dejó—. Verá... estoy viviendo la peor experiencia de mi vida —se quebró su voz y el detective esperó sin apremiar—. Mi hija se marchó hace 45 días a Mirama-Molín, eso me dijo al menos y no me diga para qué, ni con quién. Son esas cosas que hacen los jóvenes; que si misticismos, voluntariados, nada que hacer en definitiva, porque ¿sabe?, se lo hemos dado todo hecho. Y a ver quién es el guapo que les da un no. Si prohibimos, malo; si les dejamos, peor. Porque claro, nosotros siempre trabajando y, además, estudiando para llegar a... vamos, lo primero los hijos, ¡ah! y que no les falte de nada...
Suave Tesón escuchaba con más de lo segundo que de lo primero porque sabía que aquella mujer además de buscar a su hija, quería, por el mismo precio, hacerse la terapia. Curiosa coincidencia la de los detectives y psicólogos, aunque los gremios tuvieran poco que ver, siempre les tocaba escuchar más de lo necesario. Sin embargo, el meollo, lo que es el meollo de cualquier asunto de importancia siempre se escondía en los pliegues de la incoherencia.
—¿Sabe si a su hija le gusta escalar? —frenó súbitamente el soliloquio de la mujer.
—¿Escalar? Pues... no lo sé... Cuenta poco, claro que...
—Como todos, ¿no? —la animó.
—Eso creo. ¿Por qué lo dice?
—En Mirama-Molín se encuentra el monte más alto de... —no terminó la frase.
—¡¿Ah, sí?! Ni idea. ¿Y qué pinta mi hija en un monte?
—Querrá cumplir con su destino.
—¿Está jugando conmigo? No le veo la gracia.
—Nada más lejos de mi interés, señora. El monte Ata-Do encierra miles de leyendas. Sus paredes son inexpugnables pero, aun así, muchos se embarcan en la aventura tratando de llegar a la cima y conseguir la invulnerabilidad que, según cuentan, otorga la montaña a quienes lo consigan.
—¡Tonterías!
—Quizás. Pero los alpinistas se lo creen y quien se acerca a Mirama-Molín va por esta causa —Suave Tesón hizo una pausa que aprovechó la mujer para pensar que Montaña no conocía tanto a este hombre sin atractivos dado al esoterismo y otras zarandajas. El detective, que no perdía ripio, cortó el vuelo de sus recelosos pensamientos—: Puedo hacerme cargo del caso.
—¡¿...?!
—Si acepta, salgo esta misma tarde —la mujer, una vez más, sopesó el físico de Suave Tesón quien, tajante y harto de tanto análisis malévolo, apuntó—: Si no está de acuerdo, aquí paz y después gloria.
—En fin... —titubeó— tráigame a mi hija; como sea, pero tráigala.
El detective se despidió sin paños calientes de la mujer; al tiempo, se le erizaron los recuerdos. Era de ley que la cordura no se imponía entre quienes decidían desafiar al Ata-Do. Lo sabía muy bien. Como un bosquejo inacabado de indefinidos trazos, revivió aquella tormenta iniciada sólo y justo encima del monte cuando muchos años atrás él, y otros como él, a la búsqueda de la quimérica invulnerabilidad, se despojaron de la razón.

DOS

 Me cuesta trabajo comprender cómo me he dejado impresionar por la posibilidad de volver a Mirama-Molín. No me gusta la clienta, ni el asunto a abordar pero la fascinación por regresar a los pies del Ata-Do han vencido mis resquemores, aun cuando abrocharme las botas sea un triunfo, el piolet haya perdido ligereza si lo comparo con los modelos actuales, y los kilos de más me avisen contra ascensiones superiores a los veinte peldaños, esos que separan la calle de mi despacho. El avión despega. Sin ir al hotel iré en busca de Guidar.
Ya veo, por él no han pasado los años ni los kilos. Continúa siendo el hombre menudo de pies litografiados por tanto pisar suelos imposibles. El encuentro no demuestra la emotividad que retenemos. A los hombres, para nuestra desgracia, nos cuesta exteriorizar los sentimientos; es más, en ocasiones, nuestras demostraciones tienen que ver más con la brusquedad que con la ternura. Sin embargo, a mi amigo le traiciona su mirada sonrisueña y expresa mucho más de lo que entreveo en sus gestos. ¿Mostraré lo mismo?
—Has cambiado —me reprocha Guidar.
—Estoy más gordo.
—No hablo de eso.
—Déjalo —corto nervioso mientras le enseño la foto de la chica—. ¿La has visto?
—Sí. Vino con tres jóvenes más. Quisieron contratarme...
—Y tú te negaste porque querían escalar el Ata-Do.
—Así es. Además... —a este hombre pequeño, de pocas conversaciones, que hace del pensamiento y la armonía sus salvoconductos, le cuesta hablar. Le ayudo a terminar la frase:
—... Sólo piensan en ser invulnerables, en subyugar al monte. Qué poco saben del Ata-Do y de sus propias leyes.
—¿Has venido para subir?
—¿Crees que podría?
—No.
—¿Es que no me ves en forma? —ironizo.
—Veo tu miedo.
Sí, Guidar tiene razón. Los recuerdos, con trazo más firme, casi brutales, me muestran aquella lucha titánica contra la naturaleza. La noche antes de la ascensión las bravatas de cada uno superaban los decibelios permitidos. La panorámica recogía silencios de siglos y apenas soportaba susurros pero nosotros, hombres de acción envanecidos por otras ascensiones, creíamos saber cómo doblegar lo que a otros les había sido inalcanzable y nos reíamos de los desaparecidos; cantábamos desafíos ridiculizando los poderes que se le suponían al Ata-Do. Sólo Guidar en su mohína mudez evitó pronunciarse; es más, sigiloso, se retiró al cobijo de la tienda. Aunque yo estaba tan ciego como los otros, por un momento dudé de que fuera una buena idea la ascensión pero la embriaguez del poder pudo con mis vacilaciones.
Habíamos dejado el campo base, el último, nada más clarear el día. Subíamos con esfuerzo, ahorrando oxígeno mientras el Sol, a lo alto, espejeaba contra el hielo encegueciendo nuestras miradas protegidas. Ni una nube. El viento en calma; sólo fatiga y el deseo enfermizo de ser los primeros en alcanzar la cima. No ha lugar a intercambiar opiniones; la marcha, sin desmayo, iba a buen ritmo y el tiempo acompañaba; de seguir así a las tres de la tarde coronaríamos la cumbre. Cada uno, además de la mochila, portábamos —eso seguro— nuestros propios pesos interiores, miedos que no nos atrevíamos a verbalizar. Hay que estar muy concentrado y tratar de seguir los pasos de quien abre brecha; cuidar de que los crampones aseguren las pisadas; evitar las sorpresas echas grietas bajo el hielo y apuntalar el cuerpo acompasándolo a la respiración. Una o dos horas más y... ¡arriba!
La pureza del aire me fatigaba. Al menos eso pensé cuando sentí un vahído. Sin soltar el piolet saqué con mi mano izquierda unos frutos secos y un poco de chocolate. Comía saboreando sin perder de vista las huellas de Guidar grabadas en el cristal perpetuo.
La luz disminuyó su intensidad de golpe. La noche más oscura se creció en nuestro rededor y ni tiempo tuvimos para agruparnos. Nada pudimos decidir; ni actuar. Como marionetas fuimos golpeándonos contra cuchillos de filos infinitos al son de un viento poderoso voceador de palabras incomprensibles. La cordada se quebró en un quejido de espanto.
Botha se elevó como una pluma y dibujó una parábola enterrándose en una sima sellada al instante. Shoga desapareció envuelto en la constelación huracanada. Guanteh se cuarteó primero, para multiplicarse en minúsculos cristalitos después, hasta diluirse en la nieve.
Perdí de vista a Guidar. El pánico no me dejaba pensar. Me ovillé como un caracol y así, a la espera de mi destino, vi evaporarse entre grietas que se abrían y cerraban como puertas, a tres de mis compañeros. Una especie de salmo bullía en mi cerebro tranquilizándome, brotando cual letanía. Nunca supe cuánto tiempo estuve esperando volatilizarme, sucumbir ante la locura. La tormenta se alejó con la misma prisa, el mismo sigilo que cuando llegó. De improviso.

TRES

—¿Es que no me ves en forma? —ironiza Suave Tesón.
—Veo tu miedo.
—No te equivoques; es respeto —responde bruscamente—. Y tú, ¿por qué?
—Me habla.
—¿Ah, sí? ¿Y qué te dice? —pregunta incrédulo.
—No acepta la soberbia.
—Pues... tuvimos suerte.
—No fue eso.
—Entonces, ¿qué? —insiste el detective.
—Cuando la ventisca nos sorprendió pedí perdón por estar allí, por creerme superior a él, por ser tan estúpido... y me abandoné —dice de corrido Guidar—. De repente, bloques de hielo me rodearon, acogieron y salvaron.
—¿Bloques de hielo? ¿Acaso formaron un iglú?
—Sí, un iglú.
—Y querrás que me lo crea.
—¿De qué me serviría mentirte?
—¿Por qué lo callaste? —se queja el detective—. Necesitaba saber. Sí, lo necesitaba —se queda pensativo durante unos instantes. Guidar espera sin dejar de mirarle sabiendo cuál va a ser su historia—. Recuerdo que cuando al fin llegamos a Mirama-Molín nos negamos a hablar con los medios de comunicación. Ni siquiera entre nosotros hablamos de...
—... Que pediste perdón y te pusiste en sus manos.
—¿Crees que lo hice?
—Reconocer nuestra fragilidad era la única manera de salir de allí —aclara Guidar.
—Entonces ¿estos jóvenes, la chica, pueden haber muerto?
—Pueden.
—¿No hay forma de saberlo?
—Creo que sí. Mañana a las cuatro nos acercaremos a los pies de la cara norte.
—¿Para qué? No voy a subir.
—Ni yo.
Así termina Guidar la entrevista con el detective quien, muy preocupado, no pega ojo en toda la noche.
A las cuatro, puntuales, inician el camino sin apenas cruzar unas palabras. El día es espléndido en una estación espléndida. A medida que se acercan a su destino a Suave Tesón, curtido en grandes o pequeñas gestas sin que se le quiten las ganas de comer, dormir y amar, un cierto vacío le roba la energía. A punto del desmayo sigue a Guidar sin quitar la vista del Ata-Do.
—Es aquí —susurra el guía como si estuviera en un lugar sagrado.
Suave Tesón se deja caer sobre una amplia laja tratando de recuperarse. Ve como su viejo amigo prepara un trípode y una cámara de película instantánea después de buscar el ángulo y la luz adecuados. Da la sensación de que no es la primera vez que realiza esta maniobra. A pesar de que la curiosidad le reconcome es más fuerte que él esa especie de fatiga existencial, la misma que sufrió en la ascensión al Ata-Do y que le salvó la vida sin la explicación lógica que tanto le gustaría desentrañar.
Guidar mira su reloj, acerca el ojo izquierdo al visor de la cámara, ajusta diafragma y velocidad y hace la primera toma. Guarda la imagen capturada en el bolsillo cercano al corazón. Repetidas veces y, siempre comprobando la hora, continúa aprehendiendo instantes y almacenando las fotografías en el bolsillo cercano al corazón.
Suave Tesón va recuperando las energías perdidas y venciendo la  desconocida comezón que, instalada en la boca del estómago, le segrega  pesares. Se ve, una vez más, impotente y al desgaire de lo que el Ata-Do le quiera ofrecer, entregar o quitar. Se abandona al bulle-bulle de una letanía alentadora.
Guidar va sacando una a una las fotografías. Las expone sobre la losa para que el Sol las acaricie primero y permita vislumbrar cuanto el Ata-Do esté dispuesto a mostrar de entre sus cicatrices. El reflexivo guía toma tres imágenes y se acerca al detective, quien recuperado espera de pie.
—Aquí tienes la respuesta —aclara solemne mostrándole las fotos.
Suave Tesón las contempla sin sorpresa alguna. Las baraja una, dos, tres veces pasando sus ojos de una a otra sin mencionar palabra hasta que, ahíto de certeza, concluye:
—Es la joven que busco y estos deben de ser sus amigos. ¿Tan seguro estabas de que Ata-Do se quedaría con ellos?
—Puede ser —responde críptico Guidar.
—Explícate.
—Al poco de regresar de nuestra ascensión volví aquí. Nunca supe qué me obligaba a hacer fotos del Ata-Do hasta que ellas me dieron la respuesta. Al igual que en estas imágenes en las que aparecen la joven que buscas y sus amigos, en las de entonces las figuras de Botha, Guanteh y Shoga sobresalían de las aristas de sus paredes inverosímiles pero formaban parte de ellas y del hielo y del viento y del silencio. Porque el monte enriquece su invulnerabilidad abduciendo la vanidad del  género humano.
—Puede ser una simple luminiscencia —se resiste el detective.
—No lo es. Aparecen en todas las tomas y en condiciones de luz  cambiantes.
—Están sonrientes —admite Suave Tesón.
—O liberados de competencia —sentencia el guía.
—Y nosotros, ¿aprendimos la lección, o no?
—Parece que en aquel momento sí, pero ¿durará siempre?
—A saber.
Se abre camino un sosiego liberador. Uno junto al otro vuelven a mirar de arriba abajo el Ata-Do; parece esbozar un guiño. Al tiempo, sienten una corriente sobrecogedora en la espalda; el detective apoya su mano en el hombro del amigo y dice:
—Caso resuelto. Vuelvo a casa.

Autora: Paca Arceo (fotógrafa, escritora y periodista)

El Lenguaje de las flores (2) y su significado

En el lenguaje de las flores, la peonía simboliza la timidez. También significa: "me avergüenzo de lo que hice, me sonrojo".

  • Peonía multicolor: tu belleza alimenta mi deseo por ti.
  • Peonía blanca: soy afortunado por tenerte.
  • Peonía malva: mi amistad por ti es fuerte.
  • Peonía roja: te deseo de manera ardiente.
  • Peonía rosa: te quiero pero soy demasiado tímido para decírtelo. 

jueves, 8 de agosto de 2013

El Lenguaje de las flores

La escritora Vanessa Diffenbugh nacida en  San Francisco, 1978, escribió una novela titulada El Lenguaje de las Flores (Letras de bolsillo, Salamandra).

En la sociedad victoriana, puritana, no estaba bien visto manifestar sentimientos e incluso ahora sigue costándoles bastante por lo que a veces  expresaban sus sentimientos mediante flores (Of course, I' m talking about the upper class). Así, por ejemplo, el romero significa recuerdo, lavanda significa desconfianza; acebo, previsión; los girasoles, falsa riqueza. Si alguien os regala un ramo de girasoles, que, por cierto me encantan, esa persona alardea de falsa riqueza.

Las rosas rojas, cómo no, significan pasión,  pero cuidado, las  rosas amarillas, celos. Si estáis interesados en este tema, seguro que hay cantidad de bibliografía que os puede aportar mucha  información. De hecho existen diccionarios específicos sobre este tema. No obstante os recomiendo que leáis esta novela.

Aunque dé la impresión de que el tema principal del libro es éste, en realidad trata de LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES.  I 'd say It's worth reading  (merece la pena que lo leáis).

Camelia


Una mañana con Camille Pissarro

Ayer, por fin, me atreví a ver la exposición de Camille Pisarro que está en el museo Thyssen de Madrid.  Digo "me atreví" porque como tengo que caminar bastante para mantener el "tono muscular" me doy largas caminatas, siempre acompañada porque no puedo ir sola. Yo vivo en la estación de metro de El Carmen, cerca de Ventas; pues bien, muchos días vamos desde El Carmen hasta Cibeles, Gran vía, Callao, etc
y ayer, además de la caminata, no sólo me atreví con la exposición sino que, además, la disfruté de lo lindo.

Os animo a que la veáis. El precio de la entrada es bastante alto, pero es gratuitto para desempleados. IMPORTANTE!!!!!!!!! Para entrar gratis, es imprescindible llevar la tarjeta del paro actualizada, es decir, sellada.

No os voy a comentar nada sobre la exposición porque el folleto que te dan al entrar es buenísimo. Todo está muy bien contado y también viene en inglés. Muchos de sus cuadros están ambientados en la campiña francesa. Probablemente sabéis que huerto en inglés es orchard, y también kitchen garden

"Dos en la carretera", por Paca Arceo

Quisiera compartir con vosotros este relato de mi amiga. Espero que os guste.


Dos en la carretera

Una road movie de 4.555,5 kilómetros por Bretaña, Normandía, el Loire y los Pyrènees en 15 días


         Stanley Donen rodó en 1967 Dos en la carretera con Audrey Herpbun y Albert Finney en una espectacular historia sobre el deterioro y las infidelidades de la pareja. Viajan en coche por la Riviera francesa. Perlas como las que siguen entre Finney y Herpbun, dan el tono de la agridulce comedia:
—¿Qué clase de personas son las que se pasan horas sin tener nada que decirse?
—Los matrimonios.  
         Pero los viajes por carretera no sólo sirven para dirimir pleitos de amores. Y este es nuestro caso.
2 de septiembre. Con dos libros en cada maleta: Adiós, muñeca de Raymond Chandler y Esculpir en el tiempo de Andrei Tarkovski, en la de Jesús y Tokio Blues de Haruki Murakami y El libro de las ilusiones de Paul Auster en la mía, iniciamos el itinerario acompañados del CD de Norah Jones, Feels like home. Así nos sentimos en el Renault Megane que alquilamos para el periplo.
         De una tacada, y medio reventados, llegamos a La Rochelle. Lo primero: encontrar un hotel. No nos parece la maravilla de las maravillas, a tenor del precio, pero estamos locos por dejar las maletas, darnos una vuelta y cenar algo. El puerto, hermoso en su calor y concurridas terrazas, exhibe a cada lado de su entrada la Tour de la Chaine y la Tour St-Nicolas. Y si se quiere abarcar una panorámica de las callejas empedradas, nada como subir a la Tour de la Lanterne. Mejor perderse por ellas, entrar en el patio del Hôtel de Ville (Ayuntamiento) y escuchar las distintas lenguas que por allí rondan.
         «Yo entonces tenía treinta y siete años y me encontraba a bordo de un Boeing 747». Así empieza Tokio Blues, una novela sobre soledades salpimentada de música como Norwegian Wood, de The Beatles, también de imposibles y comida japonesa. Leo hasta caer rendida.
3 de septiembre. De buena mañana emprendemos camino. Nos conduce Ma Liberté de Georges Moustaki. Jesús habla de Marlowe, la creación de Raymond Chandler y sobre todo de si la novela policíaca es  literatura con mayúsculas o no lo es. Llueve pero no lo apreciamos. Defiendo la novela negra y a sus escritores, aunque algunos sean menos profundos que otros; mientras, la intuición traza el viaje.
Pisamos el freno en Carnac. Nada más aparcar nos damos de bruces con Chez nous, una casa señorial dentro del circuito de alojamientos llamado Chambres D’Hôtes. Tienen habitaciones libres y es nuestro primer flechazo. Ambiente acogedor, trato amigable, absoluto silencio, desayunos impresionantes, precio económico, lo dicho: un descubrimiento.
Después de soltar las maletas corremos a contemplar los cercanos y misteriosos alineamientos de menhires prehistóricos. A pesar de la lluvia los megalitos apabullan y eso que están cercados para evitar la erosión que originamos los curiosos. Hay una serie de circuitos, bien señalizados, para recorrer a pie los diferentes emplazamientos.
Tampoco olvidamos Quiberón, situado en la punta de la península. Los 14 kilómetros de la estrecha lengua de tierra están edificados con armonía, (nada que ver con nuestras esquilmadas costas). Su lado oeste se adentra perpendicularmente en el Atlántico, y Luzbel aparece vestido de furibundo oleaje haciendo la delicia de los surfistas; por el contrario, su cara oriental ofrece una calma chicha para nadar a placer y acunar las playas de arena blanquísima.
«El poster del iceberg permaneció durante un tiempo pegado en la pared, pero acabé sustituyéndolo por uno de Jim Morrison y otro de Miles Davis». Tokio Blues me conduce las últimas horas del día.
4 de septiembre. Dejamos atrás Carnac buscando lugares pequeños. Jesús, que alterna Adiós muñeca con Esculpir en el tiempo, me cuenta que Tarkovski ve al poeta como «una persona con la fuerza imaginativa y la psicología de un niño» y enhebramos conjeturas en las que aparece la poesía y el uso trasnochado, o no, que hacemos de ella.
Atravesando, a carcajada limpia de puro nervio, la dura niebla que corta como un cuchillo el morro del coche, recalamos en Morgat, un pequeño pueblecito de la costa bretona junto al parque natural D’Armorique. La tarde es para nadar en la inmensa playa, hasta que el mar se aleja por las caprichosas mareas abandonando las barcas y a nosotros en dique seco. Hace sol y calor de justicia. El detective Marlowe encandila, cada vez más, a mi amigo. Tanto, que se propone imitar algunos de sus gestos. Esto marcha.
5 de septiembre. Desayuno, botas y, aunque la humedad calenturienta aprieta, unas 5 horas de caminata por los acantilados. El paisaje sembrado de aulaga, por el interior, y el azulón del mar, por el litoral, más la tranquilidad (de vez en cuando nos cruzamos con otros senderistas) aplauden la elección. Cerramos la tarde y el día nadando y tumbados en la playa hasta que el sol se espesa de bruma enfriando el atardecer.
Watanabe, el protagonista de Tokio Blues, se afana en lo mismo que yo: «Hice tiempo antes de dormirme leyendo La montaña mágica y bebiendo brandy». Yo no bebo nada.
6 de septiembre. A ritmo de Sittin’ on the Dock of the Bay, desgranada por Otis Reding, ponemos rumbo al bosque de Brocéliande, a la tumba de Merlín y a la fuente de la juventud. Tenemos muchos kilómetros por delante y muchos cantantes para acompañarnos.
Parada en Paimpont, atravesando una bóveda de árboles por la que apenas se cuela la luz, justo a la hora en la que las cocinas de los restaurantes han cerrado. Nos hospedamos a unos kilómetros en Ferme Auberge Grosset, una casa de campo impresionante, cuya primera planta es para nosotros. Rendir honores a Merlín, ahora que sus legendarias aventuras han acabado, engaña el hambre. Falta de cuidados del paraje, pero muchos mensajes y deseos de los que se acercaron antes. Aún así, inventamos unos versos y se los dedicamos. Quizá nos toque con su varita mágica.
Si esperamos alargar la vida con un sorbito de la fuente, duraremos hasta que nos toque decir adiós, sin añagazas milagrosas: la fuente o el manantial es un secarral. Ni  gotita.
Nos perdemos un par de horas por el bosque y sus sombraluces, imaginando al rey Arturo y a los caballeros de la tabla redonda trotando entre los esbeltos árboles en busca de enemigos y de nuevos reinos.
De vuelta al pueblo y sentados al lado del lago que protege a L’Abattiale (Abadía), único edificio monumental de Paimpont, damos cuenta de una cena, que alegramos con cerveza negra bretona y animada charla sobre Auster y Chandler, hasta que las fuerzas merman reclamando retiro. La despedida es: ¡buenas lecturas!
«A la mañana del día siguiente, jueves, tuve clase de educación física. En la piscina hice varios largos de cincuenta metros.» Estoy en la mitad de Tokio Blues.
7 de septiembre. Camino de Côte D’Emeraude, paramos en Pléland le Grand, pequeña y coqueta villa desde la que parten multitud de recorridos por el bosque de Brocéliande. Muchos kilómetros después, Saint Malo, ciudad de dos corsarios como René Duguay-Trouin y Robert Surcouf, que se iniciaron en la captura de botines con tan solo 18 y 13 años. Eso es tener alma de pirata.
La ciudadela destaca como un galeón vigilante que atrae a miles de almas con pinta de ser de cualquier parte. El casco viejo —Saint Malo al completo— es para recorrerlo sin dejar un rincón y, a ser posible, leer las placas expuestas en las paredes a favor de esta u otra hazaña o de este u otro habitante que destacó en una u otra batalla. Desde el Promenade des Ramparts (el paseo que rodea la muralla) se aleja la vista a lo largo de la costa y se adentra en la ciudad, tomada por todos los que comemos a la misma hora.
Buscamos aposento en Cancale. Una chambre d’hote está al completo. Su dueña llama a otra colega que tiene habitaciones y para evitar nuestra pérdida, sale a buscarnos. Un chalet de grandes dimensiones y amplísimo jardín nos esperan. 
Mont-Saint-Michel —una joya destacando del tesoro—, que pelean tanto bretones como normandos por estar edificada en «tierra de nadie», si puede llamarse así al estar en la frontera de ambas regiones o departamentos, como aquí los llaman, nos deja sin palabras —bien extraño dado lo parlanchines que somos—. Un islote contundente y elevado, sitiado por el Atlántico durante la pleamar y por las arenas movedizas en la bajamar, clama por la visita de los curiosos que, sin dudarlo, escalamos las calles salpicadas de tiendas de recuerdos, restaurantes y cuanto captura los bolsillos de los turistas para, finalmente, adentrarnos en la Abadía, declarada Patrimonio de la Humanidad. Mitad castillo, mitad iglesia, fue construida entre 1203 y 1228. El primer piso luce el polvorín y las despensas y, el segundo, la Salle des Chevaliers (Sala de los Caballeros), el refectorio y el claustro.
Empapados de arte y enigmática naturaleza regresamos a Cancale, conocida en Francia por la calidad de sus ostras, mostradas en cestos en todos los restaurantes del puerto. Al volver a casa nos entretenemos en una reunión de vecinos en la que comen mejillones y beben sidra. Para haberlo sabido. Al entrar, la dueña y su hija ante el televisor, jalean a nietos y sobrinos que compiten en la carrera de coches de caballos. Alegra verlas tan encendidamente felices.
«De vuelta a la habitación, Naoko y yo jugamos a las cartas, mientras Reiko tomó la guitarra para interpretar a Bach». Eso leo. Continúo.
8 de septiembre. El musical Los paraguas de Cherburgo, de Jacques Demy con música de Michael Legrand me  impactó cuando la proyectaron años atrás. Una jovencísima Catherine Deneuve y un no menos joven Nino Castelnuovo nos arrobaron, con su empalagoso amor, a todas las que soñábamos con momentos como aquellos. La culpa o la suerte de recalar por aquí es enteramente mía. Ni paraguas, ni canciones de amor. Tampoco arrepentimiento.
Comemos kilómetros acompañados por el CD de Miles Davis Kind of blue. Buscamos por Tourlaville una chambre d’hote recomendada por la hostelera de Cancale. Jesús le pregunta a una mujer —Sarah—, y ella llama al lugar pero está completo. Nos invita a seguirla hasta Les pieds dans l’eau, en Le Becquet de Digosville: una casa moderna de dos plantas delante del mar de La Mancha. Decoración oriental. Mi habitación, vestida de rojo y con ventana al veleidoso oleaje y sus desembarcos, exhibe una fotografía de Ernst Haas, con flor roja. ¡Lastima que a la hora de pagar no concordara el precio con lo acordado el día anterior! A pesar de ello la estancia es superlativa: conocemos a Sarah, estamos en su casa —escaparate de derechos humanos—, habla de la intensidad, y con intensidad, de su vida, su familia, sus creencias. Nos regala un LP de Jacques Prevert y un  libro sobre la Segunda Guerra Mundial, guerra que tanto ha marcado a los normandos y al mundo. Nosotros a ella Mediterráneo, de Serrat. Nos damos un fuerte abrazo.
Una vez solos callejeamos por el puerto de Cherburgo prendidos de la historia de Sarah, de su pasado y de su futuro. Pero el cine está presente y Jesús cita a Tarkovski: «Considero que es un deber mío animar a la reflexión sobre lo específicamente humano y sobre lo eterno que vive dentro de cada uno de nosotros. Pero el hombre ignora una y otra vez lo humano y lo eterno, aunque tenga su destino en sus propias manos.»  Estamos en Normandía.
«¿Qué sitio era aquél? Mis pupilas reflejaban las siluetas de la multitud dirigiéndose a ninguna parte. Y yo me encontraba en medio de ninguna parte llamando a Midori.» Termino Tokio Blues.
9 de septiembre. Todo aparenta estar cerca pero engaña. Mediada la mañana arribamos a Utah Beach, una de las playas donde los estadounidenses desembarcaron el día D y donde se encuentra un museo y un monumento a los caídos. Me parece un lugar triste. Continuamos, sin descanso, a Omaha Beach, otra playa donde alrededor de 2.500 hombres arribaron y probablemente murieron un número mayor entre los dos bandos.
El cementerio norteamericano, cerca de Bayeux, exhibe hileras interminables de cruces donde no cuentan que, seguramente, la mayoría de los que allí reposan eran adolescentes. La pulcritud, y el silencio absoluto de los miles de personas que en peregrinación aquí estamos, así como muchos de los supervivientes que cargados de medallas se enfrentan con respeto al recuerdo y al orgullo de poder seguir contándolo, se ampara con música de campanas y alguna melodía como El himno de la batalla de la República. Salimos de allí con el peso de todas las guerras sobre nosotros. Jesús quiere hacer una foto a un ex combatiente pero no se atreve. Yo sí. Cuando me acerco a él dice: «¿Yes, Darling?» Le pido permiso y él me lo da. Me besa al despedirse y, yo, acaricio su mejilla. Vuelvo al coche emocionada, Jesús está igual. Nos quedamos en silencio.
Hay que buscar alojamiento. Después de unas cuantas vueltas por carreteras secundarias, nos decidimos por Le Manoir de l’Abbaye, una casa granja del siglo XVII, donde el ruido no existe y las estrellas iluminan como jamás hemos contemplado. Se encuentra en Martragny, una pequeña localidad a tiro de piedra de Bayeux y del resto de playas del desembarco como Arromanches les-Bains y Courselles sur-Mer, ahora tomadas profusamente por los turistas. Dos días, fue el acuerdo. Estamos en Baja Normandía, departamento de Calvados: tierra de la sidra y el brandy de manzana que lleva su nombre.
Bayeux, primera ciudad liberada por los aliados en 1944 sin daño alguno, guarda la armonía arquitectónica de los siglos XV al XIX. Sobresalen por encima de la ciudad las agujas y la torre de la catedral gótica de Notre-Dame contra las que compite un imponente plátano situado en la plaza cercana. Los acordes de unos bongos nos hacen culebrear por calles y plazas hasta llegar a una gran explanada entre edificios, donde se celebra un concierto de una asociación del barrio. Curioseamos un rato antes de disfrutar de nuestros nuevos aposentos.
«Todo el mundo se creía que estaba muerto. Cuando se publicó mi libro sobre sus películas, en 1988, hacía casi sesenta años que no se tenían noticias de Hector Mann.» Empiezo El libro de las ilusiones.
10 de septiembre. El desayuno, de 10. El ambiente, tremendamente acogedor. La habitación de Jesús, espectacular; además de cama de matrimonio y chimenea victoriana tiene una cuna de niño crecidito: «¿Dónde has dormido?» No hay respuesta. Risas y manjares nos ponen en marcha hacia Honfleur, nuestro objetivo. I feel good canta James Brown mientras devoramos kilómetros. El día nos da para mucho.
Honfleur tenía uno de los principales puertos para llegar a París, hasta que construyeron el de Le Havre. Ahora destaca la armonía de las casas de todos los colores y tamaños que circundan su bocana y que fueron plasmadas en lienzos por Monet y Courbet hace muchos años. Celebramos al compositor Eric Satie, natural de esta ciudad, en Maison Satie, su casa, donde nos sorprenden, al pasar de una habitación a otra, con el fantástico mundo en el que habitó y siempre cortejados por su música, cambiante al mínimo movimiento. Toda una sorpresa. Después embarcamos para llegar hasta el puente de Normandía, arpa de la modernidad, que une la ciudad ubicada en la parte sur del estuario del Sena, con Le Havre.
Atardece cuando llegamos a Courselles sur-Mer, otra de las playas del día D. Sólo los curiosos y los que vuelan colgados de sus parapentes contemplamos las infinitas arenas cuyo horizonte se difumina a nuestras miradas.
Cena en Creully, en un restaurante con el distintivo Logis de France, un buen menú a un precio muy razonable. Y en Martragny el entoldado de estrellas ilumina a conciencia el amplio patio desde el que las contemplamos a placer escuchando el sonoro silencio.
«La escena se funde en negro. Cuando vuelve la imagen, ya es de día y la luz entra a raudales a través de los visillos.» Cuenta  Auster.
11 de septiembre. Lady Sings the Blues, de Billie Holiday, y nosotros dejamos atrás Caen. Un espolón sobresale en el paisaje, es Dromfort y nos impresiona tanto su belleza que nos obliga a parar y disfrutar del paisaje que lo acuna.
No tan deprisa como queremos, hay muchos camiones, pasamos Angers. Pretendemos descansar en un buen lugar para recorrer algunas de las sendas del Parque Nacional Regional de Loire-Anjou-Normandie. La sequía que invade nuestro país, también ha llegado aquí. El Loire, abarrotado de islas de arena y aguas estancadas, vivero de mosquitos gigantes, nos deja desolados. Llegamos a Saint Hilaire-Saint Florent, corazón de viñedos y grandes firmas de los buenos caldos donde  decidimos dormir y, también, marcharnos de esta zona.
Cruzamos el puente que separa o une, según se mire, a esta villa de Saumur y nos damos una vuelta por sus bien trazadas calles. La subida al castillo cuando la noche cae baja la cena; volvemos sobre nuestros pasos para dormir.
12 de septiembre. La suerte está echada. Queremos un lugar donde caminar y parar unos días antes de la dura vuelta. Mientras The Platters musitan Only you optamos por el valle de Cauterets, en la región del Midi-Pyrenèes, con todas las consecuencias: tanto si brilla el sol, como si caen chuzos de punta, allí estaremos hasta el 16, calzándonos las botas y triscando como las cabras hasta donde nos lleven los pies o el resuello.
Las carreteras escoltadas por montañas de imponentes alturas nos dejan gratamente atónitos. Esta vez se nos resiste el hallazgo de un hotel del gusto de ambos. Finalmente Aladin (por eso de que el viaje está resultando mágico) aparece. Encontramos las habitaciones que nuestro cansancio desea, con balneario incluido: piscinas, jacuzzis varios, gimnasio, sauna y hamman.
Cuando nos inclinamos por Cauterets desconocemos que la atracción de este valle, asentado a los pies del Vignemale de 3.298 metros, el pico más alto del sur de Francia, había empujado hasta aquí, en 1843, a Victor Hugo a lomos de un caballo. Ahora los coches tienen muchos más. También se dejaron encandilar por sus cascadas Chateaubriand, Baudelaire, Debussy y Alfonso XIII. Nosotros no vamos a ser menos.
«Estaba orgulloso de mi pequeño descubrimiento, pero eso no quería decir que le atribuyera gran importancia.» Coincidía plenamente con David Zimmer, el personaje de Auster.
13 de septiembre. Durante el desayuno, Marlowe ataca de nuevo; Jesús está terminando la novela y el detective le tiene fascinado. Su dureza, su sorna, esa forma de provocar aunque siempre reciba los palos. Es uno de los detectives mejor hilados de la serie negra. Mientras desmenuzamos su personalidad, devoramos zumo, muesli y bollería para aguantar cualquier tipo de ascensión a pesar de que el tiempo amenaza lluvia o, a lo peor, tormentas.
Iniciamos la ascensión, dura, pero salpicada (nunca mejor dicho) de cascadas exuberantes. Alcanzamos la Fruitère cuando el cielo se abre de par en par y da paso a un sol caliente; nuestra pretensión es llegar al Lac d’Estom, sin embargo con la misma rapidez con la que sale el sol, una cortina negra, densa y pesada lo oculta acompañándolo de truenos y agua. Precavidos nos damos la vuelta; tenemos otras dos horas de regreso.
Es un lujo, después de subir y bajar montes, zambullirse en la piscina cubierta del hotel arropados por los orgullosos picos. Más de una hora en remojo y sudor. Como niños. De una piscina a otra, de un jacuzzi para las piernas a otro de olas, de los chorros del cuello de cisne a la sauna donde parece que nos horneamos para resultar jugosos, y después más chorros y el olor a mentol del hamman. A esperar la cena. Sigo leyendo:
«Luego, más silencio. Pasaron otras dos semanas y Brigid cumplió su promesa de mantenerse oculta.»
14 de septiembre. La sinfonía de truenos no ha parado de componer en toda la noche y el balcón está anegado por el agua. Las montañas que se avistaban desde mi habitación han perdido sus perfiles. Hay que reconocerlo: tanta negrura, después de la luminosidad de Bretaña y Normandía, sobrecoge un poco.
Durante el desayuno acordamos visitar Pau a pesar de que las condiciones atmosféricas nos lleven la contraria. El «mono» de coche se impone y allí que vamos por las desmesuradas curvas de montaña. The look of love de Diana Krall pone el swing.
Pau es una ciudad hermosa, al menos así la recuerdo de mi adolescencia. El día acompaña poquísimo. No hay más verdad que ésa. En sólo diez minutos fuera del coche nos empapamos hasta los tuétanos. La estancia, por tanto, la limitamos a entrar en el Museo de Bellas Artes en el que se exhibe un Degas, un Rubens y un Greco y algunas otras obras de interés. Volvemos a Cauterets.
Aprovechamos el balneario al límite y aun cuando la lluvia sigue detrás de los cristales martilleando el asfalto, salimos a tomar una cerveza negra antes de la cena.
15 de septiembre. Un día más la niebla invade el valle pero estamos dispuestos, después de dar cuenta del desayuno, de calzarnos las botas y atacar otro camino. Superado un fuerte desnivel, las vistas son espléndidas. La idea es la de alcanzar alguno de los muchos lagos que nos rodean pero la negra nube seca que nos escolta toda la mañana, exceptuando algunos rasguños de sol, deja caer su carga y en menos de lo que canta el gallo ya estamos empapados a pesar de las capas de agua.
Descendemos, dejamos las ropas secándose en la habitación y a por el mejor plan: un largo y último baño. Estamos solos. Todo es disfrute. Nos recordamos que para volver a los lugares que gustan hay que dejar cosas sin descubrir y que así sea.
Hay que preparar la maleta, tomar notas, mirar el mapa para elegir el mejor camino de vuelta a casa y, en ésas estoy, cuando Jesús me llama para que vaya a su habitación. Ha comprado un Burdeos, para brindar por el viaje que hemos aprobado con nota alta.
«Sólo han desaparecido, y antes o después surgirá alguien que abra casualmente la puerta del cuarto donde Alma las escondió, y la historia volverá a empezar desde el principio.
»Vivo con esa esperanza.»
Termino El libro de las ilusiones y apago la luz.
16 de septiembre. En marcha: llora Cauterets a cantaros y nosotros tenemos un punto de emoción que impide tragar. El paisaje deja de verse por la densa niebla que cae como una losa cuando subimos el puerto d’Aubisque, por cuya estrecha y maltrecha carretera campan las vacas por sus fueros y al pasar a nuestra vera nos miran de reojo con aviesas intenciones. ¿Quién tiene que ceder el paso: ellas o nosotros? Nada que objetar. Nos paramos. Vamos a 20 kilómetros por hora y, aun así, el ¿miedo o respeto? nos da poco cuartelillo. No estamos ni para músicas. Nos sentimos como los ciclistas del Tour, sólo que calentitos y sobre cuatro ruedas mientras el exterior marca 5º C.
Cuando queda atrás el larguísimo puerto, llega El Pourtalet. Primero la parte francesa con sus interminables vueltas y revueltas. Al culminar su cumbre paramos en el primer mesón que nos da la bienvenida. Estiramos piernas, brazos, cuello, cabeza y todo lo que está rígido como un polo después de los malos tragos pasados con los puertos de marras. Repostamos gasolina, que escasea, porque el «inteligente» coche no da ni datos sobre la reserva y Jesús está de los nervios pensando en que nos quedaremos tirados entre las vacas. No sé si tanta información es buena.
Acometemos el Portalet español como si nos fuera la vida en ello. La gasolina engullida por el Megane le ha desbocado como si fuera un fórmula 1 y no paramos hasta Medinaceli.
A las 17.30 entramos en Madrid cariacontecidos. Primero dejamos mis maletas. Después las de Jesús. Cuando devolvemos el coche se nos queda cara de pantalla de cine con el rótulo FIN. Que no se mueva nadie: todavía nos queda contar el viaje y vivir de los recuerdos. Y los libros. Y la música.
Antes de despedirnos, Jesús me pregunta:
—¿Qué clase de personas son las que se pasan horas hablando sin parar?
—Los amigos —respondo.
Se acabó. Ahora sí.


Autora: Paca Arceo (fotógrafa, periodista y escritora)

lunes, 5 de agosto de 2013

Hope (Esperanza)


HOPE

A Hope (Esperanza), la vida le había obsequiado con innumerables presentes, entre los más valiosos estaban su familia y sus  amigos que, a lo largo de su recorrido, había ido atesorando.

Al despertar un día, descubrió, con gran  sorpresa que estaba inmovilizada, unos grilletes le impedían moverse. Necesitaba comprender lo que le estaba ocurriendo, tenía que liberarse por sí misma o ser liberada  con  ayuda de alguien. Aunque sí hubo quien lo intentó, nadie podía socorrerla porque  era inmaterial, su cuerpo era intangible. Hope tendía sus brazos pero nadie se percataba de su presencia.

Finalmente tuvo una brillante idea. Decidió buscar un cuerpo deshabitado y alojarse en uno nuevo en el que poder volver a ser Hope. Poder volver a ser libre e independiente. Realizar las actividades que ahora no podía hacer.

(....Don't panic! I like Happy Endings)


De forma inesperada ese momento llegó un amanecer, tal como ella deseaba desde hace tiempo al tener que afrontar un nuevo día.

jueves, 1 de agosto de 2013

Curiosas coincidencias o fruto de mi imaginación?

Hace algún tiempo, oí en RNE una entrevista a Javier Sierra con motivo de la publicación de su libro El Maestro del Prado y las Pinturas Proféticas (Planeta, 2013). La historia trascurre en las galerías del Museo del Prado.
No mucho antes, en mis manos había caido el libro Reading Girl de KATIE WARD (Vigaro, 2012). Curiosamente también este libro trata de pintura. En esta ocasión la autora se centra en pinturas en las que aparece una mujer leyendo y, a partir de ahí la autora inventa una historia basada en esos personajes.
Esta es una de las coincidencias.

En "Miradas 2", de RTVE2 vi una entrevista a Albert Espinosa sobre un libro suyo. No llegué a saber de qué iba el libro pero su título me cautivó: "Brújulas que buscan sonrisas perdidas".
Al leer la contraportada supe que el autor era el guionista de la película Planta 4ª, ¿recordáis ¿aquel grupo de niños, todos ellos con cáncer y que, a pesar de su enfermedad, se montan su mundo, se adaptan y aprenden a vivir y convivir con su nueva situació. El propio autor del libro y guionista tuvo también cancer cuando era muy jóven.

Por último aquí va otra coincidencia: El padre del protagonisa de dicho libro tiene Alzhaimer, y aunque de esta me libro, al menos por ahora, sí es cierto que muchos de los síntomas que yo tengo, ya sea por la medicación o por el tumor, se parecen bastante a los que se padecen esa enfermedad, por ejemplo la pérdida de memoria reciente.

También, y por diversas circunstancias, cayeron en mis manos libros cuyo protagonista, como Ulises, abandona su lugar de origen para realizar un viaje en busca de sí mismo.
Quizá es cierta esa teoría que afirma que todo está relacionado o inter-relacionado.

Bueno, por lo que he escrito podréis comprobar que mi cerebro sigue funcionando a la hora de razonar, aunque no funciona del todo bien la memoria reciente. En lo que a mi estado físico se refiere, os contaré que el 26 de julio, acabé mi tercer ciclo de quimio, lo que me hace muy feliz porque es "uno más que ya ha pasado y uno menos que me queda por pasar", aunque la verdad sea dicha lo he tolerado bastante bien, salvo algunas molestias el primer día.

En la próxima entrega intentaré hablar menos de enfermedades y enfermos. Cuando bajen las temperaturas y tenga energía para ir al cine o un concierto, os contaré, como de he hecho ha ocurrido hace unos días cuando fuimos a ver la película "La mejor oferta".

Exposición de Cildo Meireles.


El pasado lunes, 29 de julio de 2013, tras un fantástico y refrescante  paseo por el Parque del Retiro, fui a ver en el Palacio de Velázquez una exposición (24 de mayo - 29 de septiembre 2013), de Cildo Meireles (Rio de Janeiro, 1948) sobre su arte conceptual.  La actitud del artista es crítica con la sociedad, especialmente con los paises que colonizaron, robaron o intentaron borrar la identidad de los pueblos en los que se instalaron.
Olvido, una de las obras presentadas en la exposición, es un tipi indio (o tienda de campaña india) hecho con 6000 billetes de banco de todos los paises americanos. El tipi está situado en el centro de un muro construido con 69300 velas que, por cierto, no te enteras de que el citado muro es una de las obras que forman parte de la exposición, por lo que el vigilante tiene que estar llamando la atención continuamente a los visitantes.
Me llamó especialmente la atención Marulho, más de 17000 libros con fotografías del agua marina.
Su utilización tanto de los mareriales como de objetos cotidianos, es muy interesante, por lo, si estáis en Madrid en este tórrido verano, esta exposición puede ser una buena opción.

miércoles, 31 de julio de 2013

Interpretación de la película "La mejor oferta"

En esta película no es fácil saber qué persojajes existen realmente o son fruto de la imaginación de otros personajes de la película. Forma, quizá, todo parte de un plan previo?, de un complot ? . En los diálogos aparece constantemente la palabra Fake, que, en inglés puede significar imitación o copia, refiriéndose a una obra de arte o a cualquier objeto de marcas caras que haya sido imitado. Otro significado de esta palabra es fingir. Están, tal vez, todos fingiendo y el último en enterarse es, como siempre, el interesado?.
A lo largo de la película, se van dando unas pequeñas claves que, supongo,  son fundamentales para atar cabos. Si alguien decide verla, me gustaría saber qué opina. ¿ hay una Claire real y otra imaginaria?


La Mejor Oferta. De Jiuseppe Tornatore

Aprovechando la benevolencia de las temperaturas con las que, en los dos o tres últimos días, nos está obsequiando La Villa y Corte, el  pasado domingo, 28 de julio, me atreví a salir y fuimos al cine  a ver "La Mejor oferta, de Giuseppe Tornatore, director entre otras de Cinema Paradiso, aunque esta película no tiene nada que ver con la anterior. En este caso nos presenta un thriller cuyo personaje principal es Virgil Oldman,  interpretado por Geoffrey Rush (El Discurso del Rey).


miércoles, 24 de julio de 2013

Más reflexiones

Tito Vilanova tiene que dejar de ser entrenador del Barcelona porque ha tenido una recaída. Aunque no sé de que es el cáncer que tiene, lo soprendende de ésto no es que haya tenido una recaída, sino la cantidad de tonterías que se pueden decir. "Luchando se sale adelante", "siendo fuerte se sale adelante", "hay que tener ánimo",.... Vamos a ver. Con ánimo se pasará el mal trago mejor, pero eso no te cura el cáncer. Todos a tu alrededor van a estar más contentos porque a ti te ven bien. También eso te ayuda a sentirte mejo, pero no te cura. Lo que desdes mi punto de vista funciona es no pensar en el futuro, en qué será de mí, cómo va a evolucionar mi enfermedad. Lo que de verdad funciona es disfrutar cada hora, cada minuto, cada segundo de lo que en ese momento tienes. ¿Acaso creéis que José Carreras sigue ahí porque luchó más que Concha García Campoy?. No, seguro que tenían las mismas ganas de vivir; lo que ocurre es que unos los consiguen, pero no por ser más valientes sino porque así son las enfermedades: si te toca y va por ti, te ha tocado, y mientras tanto, a gozar.

jueves, 18 de julio de 2013

Nueva subida de Tasas o de cómo desaparecieron las Escuelas de idiomas

El Pasado curso escolar, en la medida en que puedo recordar, subió bastante la matrícula, especialmente en la Comunidad de Madrid, en las Escuelas de Idiomas lo cual fue bastante traumático tanto para el alumnado como para el profesorado. Explico por qué:

Se dice constantemente que " Sólo con inglés no se va a ninguna parte" y más en este momento en que el lenguas que hasta hace poco se consideraban minoritarias., como el chino,  en los únicos centros públicos que se pueden cursar es en las EEOOII  Ahí ,  En las escuelas de Idiomas, gran parte del alumnado estudia, además de inglés, francés y /o alemán por lo que tras la subida de las tasas al principio del curso pasado, hacer semejante desembolso en el mes de septiembre/octubre, fue algo que no todas las familias pudieron permitirse
por lo que hubo gente que abandonó.
Por otro lado, en muchos casos, son varios los miembros de una misma familia los que, mira por dónde, les da por aprender un idioma.y en vez de pagarse una academia, prefieren ir a la escuela de Idiomas si hsi han sido afortunados  han sido admitidos , lo cual no es nada fácil ya que lademanda de plazas es muy superior a la oferta de plazas. Es mucho más rentable invertir rn el bachillerato de excelencia. por ejemplo.
Creo que está claro que, si quieres aprender un idioma , págalo asistiendo a la academia de mi amigo.

Lo lamentable de toda esta situación es que la diferencia de oportunidades para nuestros jóvenes, es cada vez mayor.




viernes, 5 de julio de 2013

Noticias sobre mi estado de salud

No quiero aburriros a todos con detalles de mi esstado de salud pero sí quiero que sepáis que me encuentro bastante mejor que hace unos días. El tercer ciclo de quimio, que me dieron una dosis muy alta, me dejó muy baja de defensas y no podía con mi alma. Cuando una está así, cree que está a punto de morirse, pero no, no se muere, arrastra los pies, no tiene fuerzas para nada, no quiere salir de la cama pero se esfuerza por las personas que quiere y que la quieren y así sigo adelante.

Muchas gracias por seguir ahí y que no lo paséis muy mal con los calores de Madrid.

On July 4th 1995 I landed in New York

El día 4 de Julio de 1995 llegamos a Nueva York, ciudad que me fascinó por muchos motivos.
en primer lugar todo lo que me encontré era diferente a lo que había visto antes. Yo había viajado por la vieja Europa donde la mesura, equilibrio, ya fuera por Clásico o Neolásico, forman una parte importante de la arquitectura. Sin embargo en Nueva York todo era a lo grande. Es cierto que, sin haber pasado demasiados años, estamos llegando, sin gran dificultad a ese cánon de belleza.
En los museos tenían todo lo que alguien desea encontrar en un museo. Si ellos no lo tienen por falta de antiguedad o de historia de su país,  pueden conseguirlo comprándolo. También las avenidas eran enormes, los espectáculos a lo grande,  los musicales, las bolsas de residuos que generaban sin ningún tipo de complejo o culpabilidad. Ellos podían permitírselo, y si el mundo no podía, a ellos les traía sin cuidado, ése no era problema suyo. Todo tenía un tamaño impresionante,  incluido sus gentes. Jamás había visto cuerpos de seres humanos tan grandes, tan desproporcionados.

Mucho podemos aprender de todo tipo de gentes pero, sinceramente, confío en que seamos lo suficientemente inteligentes como para aprender de ellos lo que merece la pena y saber valorar nuestra  cultura y nuestra gatronomía ya que tenemos bastante que aportar.

viernes, 28 de junio de 2013

Relación entre intolerancia y miedo

Lo que conduce a ser intolerante, en muchas ocasiones, es el miedo a lo diferente, a lo desconocido, a lo que no nos es familiar. Cuando no conocemos una lengua, una cultura, el mero hecho de que sea diferente a la nuestra, nos  hace observarla con cierto recelo y desconfianza.
Si a ésto, al miedo a lo desconocido,  le añadimos ignorancia  además de una larga y continua labor de unos políticos incompetentes interesados en que las dos Españas sigan enfrentadas, el resultado de este coctail  puede ser muy peligroso. Sólo mediante el respeto, valorando y considerando a lo que es diferente como un factor a tener en cuenta para sumar y para ampliar conocimientos, y nunca, nunca, nunca para restar; sólo así la convivencia será posible.

lunes, 24 de junio de 2013

Bravo, bravo, Miguel Poveda

El viernes pasado, 21 de junio, día en que, oficialmente, daba comienzo el verano, con luna llena; Miguel Poveda nos permitió gozar con su cante, su duende, su baile, su calidad  humana y de sus amigos, que son muchos y que compartió con los asistentes al concierto, entre los que se encontraban Carmen Linares, Joan Manuel Serrat y Maria Dolores Pradera.

El concierto comenzó interpretando el poema de Miguel Hernández "Para la Libertad", en segundo lugar un tema de Rafael Alberti y, a continuación, uno de Serrat en catalán. Ahí empezó el revuelo. ¡¡Qué verguenza, qué bochorno!!. Un grupo de intolerantes empezaron a proferir toda clase de gritos e improperios contra Joan Manuel Serrat. Y eso que Miguel Poveda, el ídolo de los cafres y energúmenos que abucheaban a Serrat, aunque hijo de emigrantes andaluces, es también catalán, de Badalona. Afortunadamente no es fácil achantar a artistas de esta categoría y, con gran maestría, se recondujo el concierto y pudimos gozar de una noche inolvidable. 

Pero lo mejor es que leáis la crónica del concierto publicada en El País:



Fina estampa: Miguel Poveda y María Dolores Pradera.
Las Ventas, Madrid (Foto: JRT, junio de 2013)

domingo, 23 de junio de 2013

Ser dependiente

Qué conlleva ser dependiente.
¿Cómo se siente una persona que  habiendo sido siempre muy independiente, de un día a otro, necesite que alguien cuide de ti constantemente?.
Te sientes mal por tí misma por lo mucho que te ha cambiado la vida. y, además, te sientes mal por los que te rodean. Yo, a veces me siento culpable porque, por mi enfermedad, también a ellos les ha cambiado la vida. Ahora todo lo que ellos hacen está en función de mis necesidades, mis tratamientos, consultas, paseos etc.
Aunque la memoria me falla, recuerdo que, cuando me diagnosticaron el cáncer, no me entró pánico ni nada parecido. Creo que el pánico yo lo percibía a través de la mirada y de los ojos de los demás. Ellos estaban asustado por mí, y yo, a su vez, más preocupada por ellos. Sí es cierto que, desde el primer momento confié en los médicos y creí, que, al margen de que me curara o no,  no iban a permitir que sufriera, lo cual me tranquilizaba bastante.
Hasta ahora ha sido así. Me mantienen sin dolor y me encuentro lo suficientemente bien como para seguir saliendo, darme largas caminatas, salir con amigos a cenar en alguna terracita, que siempre me ha gustado mucho.
La próxima semana tenemos entradas para ir al concierto de Miguel Poveda en la Plaza de Toros de las Ventas. Como siempre, dependiendo de cómo me encuentre, iré o no. Va a ser un concierto un tanto especial porque es conmemorativo de sus 25 años en la música y va a estar acompañado por un grupo de amigos, entre los que están Joan Manuel Serrat y María Dolores Pradera.

(publicado con una semana de retraso)