jueves, 25 de abril de 2013

Mi madre: una mujer especial (1)

Sí, mi madre siempre fue una mujer especial, con carisma. Sus clientas confiaban en ella y le contaban muchos de sus secretos, tanto los confesables como, en muchas ocasiones, los inconfesables.

Tenía una amiga y clienta, la Señora P. que tenía varios hijos y todos ellos varones. Por razones genéticas o por cualquier otra causa que yo desconozco, todos los hijos eran un tanto raritos, por lo que la Señora P. estaba convencida de que el día que ella faltara, su casa sería un verdadero cáos.

La Señora P. sabía que su amiga tenía una relación un tanto suigéneris con su dios; aunque frecuentaba la iglesia e iba a misa todas las fiestas de guardar, no era mojigata ni amiga de dar demasiadas charlas.

LLegó un momento en que la Señora P. le pidió que intercediera entre ella y su dios. Se trataba de que le explicara, en primer lugar, que si no iba a la iglesia era por no arreglarse y cambiarse de zapatillas, y que era evidente que no tenía nada contra él. Además de este encargo, tenía que pedirle al cura que, cuando muriera, en vez de enterrarla en el cementerio, que, por favor, dejaran reposar su cuerpo en un agujero debajo de la escalera de su casa, para así seguir poniendo orden en su familia, porque su casa sin ella sería un desastre.

Además de convencerla de lo inadecuado de su petición por cuestiones sanitarias, no sé cómo lo haría mi madre ni qué le contaría de su intercesión, pero cuando la Señora P. murió, se marchó tranquila. Seguramente su amiga le había contado la charla que había tenido con su dios y, como confiaba en ella, abandonó este mundo convencida de que todos sus hijos quedaban a salvo.

4 comentarios:

Francisca dijo...

Hola ROSA.

Vamos a ver si puedo por fin mandarte un comentario.

Me encantan los relatos que vas escribiendo.Además lo haces fenomenal, ese diminutivo..."rarito", el tono humorístico del 4º párrafo, el desenlace...,la historia en sí...en fin , que es de agradecer que escribas.
(Esto se debe a los comentarios de texto de Lázaro Carreter y otros, que siempre queda algo...).

Me imagino a tu madre , seria,convenciéndole de lo inadecuado de la petición.

Espero "una mujer especial" (2) como relatos por entregas.

Un abrazo Francisca

Rosa dijo...

Gracias por tu comentario, Fran, espero que algo nos quedara de todo aquello, después de todo las dos somos filólogas. Por cierto, qué pocos profesores de lengua española eran buenos. Los de literatura amaban más su asignatura pero los de lengua solían dejar bastante que desear.

Anónimo dijo...

Hola Rosa, voy a intentar una vez más mandarte un comentario.
Primero decirte que me gusta muchísimo todo lo que escribes, y eso que dices por ahí que tu cerebro marcha a medio gas, ya me gustaría que el 90% de los cerebros tuviesen ese medio gas, seguro que nos iría mejor a todos
Lo de Concha impresionante.
Sigue deleitándonos con tus comentarios.
Un beso Lourdes

Rosa dijo...

Muuuchas gracias Lourditas, por tus comentarios. Sí es cierto que es algo complicado.Siempre tengo que probar varias veces porque se me olvida. El cerebro funciona a medio gas para algunas cosas básicas, a veces las neuronas son incapaces de establecer conexión con otras y me bloqueo. Una vez que he escrito en el blog o he repasado lo que hice el día anterior o lo que voy a hacer hoy, las neuronas empiezan a establecer conexión con otras, casi lo siento físicamente, todo empieza a funcionar mejor. Besos