Todos los años en nuestra casa, a finales de septiembre, se organizaba algo llamado "limpieza general" .Yo siempre lo odié porque tal como se hacía, me daba la impresión de que la casa se convertía en un cáos y se desorganizaba todo, entre otras cosas mi propia vida. Se sacudían mantas, cortinas, toda la casa se llenaba de gente, etc.
Para este gran evento anual, se desplazaban del pueblo de al lado a nuestra casa, Quica y su hermana Carmen para hacer dicha limpieza. Este evento duraba varios días.
La señora de la casa, mi madre, no se unía al resto para limpiar, ella ya tenía sus propios quehaceres. Sólo acudía cuando oía demasiada conversación con el fin de poner algo de orden . Supongo que se trabajaba duro aunque yo no lo recuerdo así, pero también se reía mucho.
A Quica le gustaba leer y, como ella no tenía libros y en mi casa sí había, aprovechaba aquellos encuentros para llevarse lectura durante un tiempo a la suya. Lo que más le gustaba leer eran grandes historias de amor, especialmente La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas.
Mientras ella limpiaba, me pedía que yo le leyera, casi siempre el mismo fragmento. Por supuesto era el momento en que Margarita, la protagonista, está a punto de morir; mientras tanto Quica, llevada por la emoción del momento, lloraba a moco tendido.
Recuerdo que el libro era una edición del Círculo de Lectores. Según ella era la más bella historia de amor jamás escrita. Nunca supe si conocía o había leido muchas, pero sí es cierto que sin importar el número de veces que la leyera, siempre le emocionaba por igual.
1 comentario:
¡Valiente, requetevaliente! "¿...quien habló deechar un yugo sobre el cuello de tu raza...?.Tu eres de un pueblo que embargan yacimientos de leones,desfiladeros de aguilas y cordilleras de toros con el orgullo enel asta".
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